¿Cuáles son los síntomas?
El bajo estado de ánimo, puede manifestarse de diferentes maneras en cada persona. Algunos de los síntomas comunes asociados con el bajo estado de ánimo incluyen:
- Tristeza persistente: Sentirse triste, desanimado o abrumado la mayor parte del tiempo, incluso sin una razón aparente.
- Pérdida de interés y placer: Experimentar una disminución significativa en el interés o disfrute de actividades que solían ser placenteras, como hobbies, socialización o pasatiempos.
- Fatiga y falta de energía: Sentirse constantemente cansado, con falta de energía y agotamiento físico o mental, incluso después de períodos de descanso adecuados.
- Cambios en el apetito y el peso: Experimentar cambios en el apetito, como una disminución o aumento significativo en la ingesta de alimentos, lo que puede resultar en pérdida o aumento de peso involuntario.
- Alteraciones del sueño: Tener dificultades para conciliar el sueño, despertarse temprano en la mañana o tener un sueño excesivo y sentirse agotado al despertar.
- Dificultades cognitivas: Experimentar dificultades en la concentración, la toma de decisiones, la memoria o la atención. Puede haber una sensación de neblina mental o lentitud en el procesamiento de la información.
- Sentimientos de culpa o inutilidad: Sentirse excesivamente culpable, desvalorizado o tener una baja autoestima. Pueden surgir pensamientos autocríticos y negativos sobre uno mismo.
- Retraimiento social: Retraerse de las interacciones sociales, evitando actividades sociales o familiares y aislándose de los demás.
- Irritabilidad o agitación: Sentirse irritable, impaciente o inquieto sin una razón aparente. Pequeñas cosas pueden provocar respuestas emocionales exageradas.
- Pensamientos o ideación suicida: Tener pensamientos recurrentes de muerte o suicidio, sentir que la vida carece de sentido o que sería mejor estar muerto. Si tienes pensamientos suicidas, es importante buscar ayuda de inmediato.
Es importante tener en cuenta que estos síntomas pueden variar en su intensidad y duración. Si experimentas varios de estos síntomas de manera persistente y afectan negativamente tu vida diaria durante al menos dos semanas o más, es recomendable buscar ayuda profesional.